Lo que antes era la aldea de Tarsin, en las montañas de Jebel Marra (Sudán), quedó reducido a lodo y silencio. Un deslizamiento de tierra arrasó con todo, dejando a casi mil personas muertas o desaparecidas. Solo una vida fue rescatada entre el desastre.
El derrumbe fue provocado por lluvias torrenciales, que sepultaron casas, caminos y hasta la esperanza de encontrar más sobrevivientes. Las autoridades locales reconocen que las labores de rescate son casi imposibles: el terreno es inaccesible y la zona sigue cubierta de barro.
La tragedia se suma a la guerra que desangra al país desde 2023, donde el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido mantienen a la población atrapada entre el conflicto armado y la crisis humanitaria.